violence-3405551_1280

Violencia vicaria

Artículo escrito por Matxalen Abasolo

La violencia vicaria es una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres.

Los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género, así como las niñas y niños menores sujetos a su tutela, guarda y custodia, son víctimas directas de este tipo de violencia, tal y como recoge desde el año 2015 la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Además, en ocasiones estos y estas menores son utilizados por el maltratador para hacer daño a la madre. Es decir: nos encontramos ante una forma de violencia vicaria.

  • Utiliza a tus hijas e hijos para hacerte daño. Amenaza con quitártelos
  • Amenaza con matarlos, te dice que te dará don- de más te duele.
  • Interrumpe los tratamientos médicos de tus hijos/as cuando están con él.
  • Utiliza los momentos de la recogida y retorno del régimen de visitas para insultarte, amenazarte o humillarte.
  • Habla mal de ti y tu familia en presencia de ellas y ellos.

¿Cómo podemos prevenirla?

Muchas víctimas no denuncian por miedo a las consecuencias o porque creen que hacerlo no va a servir de nada. Eso supone que, cuando los casos llegan a conocerse, suele ser ya demasiado tarde. Por eso es importante concienciar y educar en la prevención y la identificación de esta clase de abusos.

Tenemos que estar especialmente atentos a las señales que nos alertan de un posible caso de maltrato contra terceros para poder dar la voz de alarma.

Se dice que esta forma de violencia, la violencia vicaria, es extremadamente cruel en la medida en que el agresor conoce perfectamente el inmenso dolor que va a producir, que es un daño irreparable en tanto que la madre sufrirá durante toda su vida la ausencia de sus hijos y porque, en estos casos, no solo hay una víctima, la madre, sino también las niñas y niños que también se convierten en víctimas directas del maltrador.

En definitiva, contamos con tres potentes herramientas para luchar contra la violencia vicaria:

  • Educación de las nuevas generaciones.
  • Sensibilización de la sociedad.
  • Compromiso de la justicia y las organizaciones sociales.
woman-4581024_1280

COTIDIANA AGRESIVIDAD

Artículo escrito por Einer Larrabeiti

Como ya sabemos, la rabia es una emoción natural que no tiene sentido
demonizar o etiquetar como “mala” e “indeseable”. Como con todas las emociones, es
necesario reconocerla y permitirnos sentirla, aunque por supuesto, intentando no entrar
en bucle ni dañar(nos) bajo los efectos de esa (u otra) emoción. En esos casos, no
estaríamos actuando conscientemente ni nos sentiríamos fieles a nuestro ser, sino
esclavxs de un impulso o de alguna creencia.


Es por eso, que he escogido este tema que tan presente está en nuestras vidas: la
agresividad en las pequeñas cosas. Y es que esta conducta o (auto)trato, tiene relación
directa con el estrés, la ansiedad y/o el desánimo que podemos sentir en nuestro día a
día.


A grandes rasgos, la forma en la que (nos) tratamos puede ser agresiva o
amigable. Exigente o amable. Crítica o comprensiva. Brusca o suave. Y como decía, lo
que hoy comparto aquí se basa en el trato agresivo, exigente, crítico o brusco que
podemos observar en nosotrxs y a nuestro alrededor en lo más cotidiano: en cómo
camino, cómo hablo de mi o de alguien más, cómo gesticulo, cómo recojo la casa, cómo
conduzco, cómo cocino, cómo cojo cualquier objeto…


Todo lo que hacemos se siente en el cuerpo. Se siente el buen trato o la
agresividad mínima que empleo, no importa que lo excuse (“es que tenía prisa; me
llamo torpe pero es broma…”). Nuestro interior es literal y escucha todo lo que (me)
dedico, e igual que unx niñx pequeñx o un animal, se queda con la energía e intención
que tenemos, no con las explicaciones racionales con las que nos justificamos después.

Por eso, es muy útil que cada unx identifique qué comportamientos propios siente
tensos para cambiarlos por otros más respetuosos. Porque en realidad, lo que nos hace
falta es (auto)respeto. Ni lazos, ni cojines blanditos, ni frases de ánimo. Lo contrario de
tratar(me) duro es tratar(me) con respeto.


Por supuesto, no podemos olvidar que hoy en día todavía hay muchas personas
en circunstancias de exclusión, de violencia física y sexual, de esclavitud, de guerra, de
tortura, bajo amenazas graves… Y en esas situaciones, es difícil abordar el tema del
autotrato. Porque están lidiando primero con lo más esencial e importante: sobrevivir.
Sin embargo, cuando no estamos cara a cara con el horror, nos falta información
o referencias para saber cómo pasar a vivir, haciéndonos bien.


Para ello, aunque cada persona pueda necesitar un proceso individual y
personalizado, podemos probar cómo nos sientan algunos de estos hábitos sencillos:
caminar despacio (ya que a veces corremos hasta de una habitación a otra), coger el
tenedor o las llaves de manera suave, hablar con sentido y no por llenar silencios, desear
algo bueno a alguien, masticar más y comer poco a poco, acostarnos sin pantallas y con
estímulos tranquilxs…

¿No es así como nos sentaría bien que nos trataran desde fuera,
si no pudiéramos valernos por nosotrxs mismxs?

people-2561053_1280

¿Alguna vez te has sentido abandonado/a emocionalmente por tu pareja?

Artículo escrito por Matxalen Abasolo

Abandono emocional en pareja

El abandono emocional en pareja suele ocurrir de forma paulatina y camuflada por la convivencia. Cuando una relación comienza a tambalearse y parece imposible salvarla, el problema suele empeorar. 

El distanciamiento emocional comienza poco a poco. Gradualmente, el deseo de interactuar y estar cerca de la otra persona se desvanece. Una rutina de convivencia vacía lo impregna todo.

Tendemos a centrarnos en problemas menores y cotidianos y descuidamos algo tan importante como el bienestar emocional de nuestra relación.

Es algo que con frecuencia pasa desapercibido. El conflicto continúa latente hasta que, normalmente, uno de los miembros de la pareja comienza a pensar en seguir adelante sin su pareja porque, muy probablemente, el día a día ahoga profundamente.

El dolor del abandono emocional

Muchas veces comienza con actitudes inadecuadas, quejas, vacíos, ausencias emocionales…todo ello nos pueden hacernos sufrir mucho.

Pueden llegar a sufrirse trastornos del estado de ánimo. Enfrentarmos a una potencial ruptura (sobre todo, sigilosa) puede sumirnos en una profunda tristeza, apatía y desesperación.

La ansiedad también es un trastorno que puede surgir ante este tipo de situaciones. Cuando nos enfrentamos a desafíos e incertidumbres, los niveles de estrés aumentan.

Por último, nuestra autoestima también puede verse afectada. El posible distanciamiento o la continua falta de interés de nuestra pareja pueden distorsionar nuestra autopercepción.

Señales del abandono emocional

Existen diferentes signos que pueden indicar un abandono emocional en una pareja.

• Distancia física. En otras palabras, cuando surgen sentimientos de abandono, lo normal es que cada persona se encuentre en un lugar diferente al otro. Cuanta menos exposición, mejor. Por ejemplo, uno de los dos puede permanecer en la sala de estar durante mucho tiempo y el otro en el dormitorio.

• Conversaciones muy banales o silencios. Sólo suelen comentarse asuntos cotidianos, y sólo cuando es necesario. 

• Cada uno tiene sus propios planes, tienden a planificar su vida por separado.

• A menudo hay quejas persistentes. Suele haber quejas recurrentes de forma aislada porque no soportan a su pareja y, a menudo, tampoco soportan lo que están haciendo. 

• No suele haber gestos de cariño, cesan los gestos como caricias o abrazos. También es común que las relaciones sexuales desaparezcan paulatinamente. 

• Aparece el sentimiento de soledad en pareja. 

Cómo afrontar el distanciamiento

A decir verdad, hasta que una situación se vuelve irreversible, incluso la persona que se distancia emocionalmente no suele percibir con certeza lo que está sucediendo. Por eso, es muy complicado intervenir, teniendo en cuenta que no estamos siendo del todo capaces de reconocer lo que está ocurriendo; por ello, consideramos indispensable prestar atención a los indicios de abandono emocional.

Lo importante es obtener ayuda tan pronto como uno de los miembros de la pareja se dé cuenta de que algo no va bien, ya que el abandono emocional puede generar heridas profundas. En cualquier caso, la terapia de pareja sería imprescindible.

mask-g4a525425f_1280

SÍNDROME DEL IMPOSTOR – ¡CONOCE SI LO PADECES!

Artículo escrito por Nerea Jiménez

¿Alguna vez has conseguido lograr un objetivo y has sentido que no te lo merecías?¿Crees que tus logros se deben a la suerte o a coincidencias?

Hay ocasiones en las que, a pesar de habernos esforzado para conseguir una meta, nosotros mismos no reconocemos nuestro éxito ni nos sentimos satisfechos por haberlo logrado. Este fenómeno se conoce como síndrome del impostor y se puede aplicar a todos los ámbitos de nuestra vida: laboral, académico, social y personal.

Seguramente en algún momento te has podido sentir así, y es que, parece que reconocemos más fácilmente lo negativo y no lo positivo que hacemos.

Causas:

?Baja autoestima

?Falta de seguridad

?Críticas o comparaciones de los demás durante la infancia y adolescencia en las que parece que nada es suficiente.

?Inseguridades por experiencias pasadas

?Autoexigencia

Cómo se manifiesta:

➡️Creencias sobre no merecer los logros, asociarlos a una coincidencia o a la suerte

➡️Temor a ser descubierto como impostor o a decepcionar a los demás

➡️Insatisfacción y desmotivación

➡️Culpa por “engañar” a los demás

➡️Sufrimiento por no esforzarse lo “suficiente”

➡️Incredulidad ante los cumplidos de los demás

Los pensamientos y creencias sobre nosotros mismos son muy poderosos y pueden generar un gran impacto en nuestra autoestima. Por eso:

?Da valor a tus éxitos y al esfuerzo que pones en ellos

?Acepta los elogios y el reconocimiento de los demás

?No te compares con otras personas

?Trabaja la autoestima y la autocrítica

Post Instagram Frase Motivacional Minimalista Beige

PÉRDIDAS AFECTIVAS

Artículos Leyre Curto

El duelo es un proceso dinámico y de duración indeterminada con el que el ser humano ha convivido desde el principio de los tiempos. Una de nuestras características es la capacidad de mantener un vínculo afectivo con las personas que fallecen; es posible que, por este motivo, a lo lago de la historia nos hemos hecho muchas preguntas relacionadas con la muerte.

No obstante, el duelo puede aparecer por otros muchos acontecimientos vitales; por ejemplo, por problemas de salud o pérdidas de autonomía personal, por una separación o divorcio, pérdidas asociadas a un proyecto personal, pérdidas asociadas a los procesos migratorios, etc. En consecuencia, se podría englobar el duelo en todo aquello que suponga una pérdida afectiva significativa.

Muchas personas acuden a terapia por estar viviendo algún tipo de duelo y otras en cambio, aunque no sea el motivo de consulta principal, este tema aparece a lo largo del proceso terapéutico; ya que independientemente de las experiencias vividas, todos tenemos nuestros propios duelos.

Frecuentemente, se relaciona el duelo con la adaptación emocional que sigue a la pérdida, pero abarca otras dimensiones, como lo son, la afectación a nivel física, cognitiva, relacional, conductual, e incluso espiritual. Este proceso nos ayuda a elaborar y transitar por la pérdida, a reconstruirnos a nosotros mismos; para ello, no hay una única forma; todas las emociones que se sienten son totalmente válidas y no hay una forma “correcta” de poder elaborarlo.

El duelo, en la mayoría de los casos, no es un proceso individual e implica a un grupo de personas. Cada cultura, concibe el duelo y la muerte de forma diferente y existen diferentes rituales o hábitos para afrontar este suceso. Este fenómeno, a veces, llega a crear sufrimiento en aquellas personas que no están viviendo el duelo como el resto del grupo y una pérdida que de por sí, causa mucho dolor, se puede vivir con más sufrimiento.

Si te encuentras en un proceso de duelo y necesitas ayuda, te acompañaremos de la forma más empática a atravesar, elaborar, identificar y validar tu pérdida. Especialmente, a volver a la vida con la parte que falta, no sin ella.

freedom-g00f3f234c_1280

Responsabilidad personal: adueñarnos con amor

Artículo escrito por Einer Larrabeiti

Hacerme cargo de mis dolores y mis retos es un acto de madurez emocional. Pero lejos de creer que la madurez consiste en saberlo todo y hacerlo bien siempre, la realidad nos demuestra que este término es más bien un actuar con iniciativa sobre nuestra propia vida. En otras palabras, encargarme hasta donde algo sí es mi asunto.


Sin embargo, a veces hay algunas “trampitas” que podemos hacer en nombre de la responsabilidad, y reconocerlos y admitírmelos es signo de salud.


Por una parte tenemos la trampita de la victimización, la que me estanca. Esta se refiere a que cuando damos el primer paso hacia la responsabilidad, es decir, identificamos qué asuntos son míos y me toca gestionar a mi, nos quedamos ahí, en la identificación. Para explicarlo más claramente, un ejemplo sería, detecto que actúo con egocentrismo y ansiedad en algunas situaciones, y utilizo esa información que ahora al menos sí identifico, para excusarme. Incluso para culpar a quien considero que genera esto en mi. No obstante, la parte tranquilizadora de esto, es que no actuamos así ni porque ese sea nuestro tope evolutivo ni por vagancia. La verdad es, que desconocemos todo nuestro potencial y capacidad, y culturalmente no nos han educado para aprender y expandirnos personalmente, sino para corregirnos, quejarnos y encajar. 


En la otra cara de la moneda, encontramos otra trampita: la indiferencia hacia los demás, la que me hace huir.Eso es básicamente, encargarme de lo mío y volverme individual (algo necesario y, a menudo, mal visto) pero llegando a un extremo en el que no cuido al otro. Así es como acabo excusándome también, aunque esta vez bajo “yo lo mío, tú lo tuyo, y no me rectifico ni tengo actos amorosos contigo porque ya me he gestionado y a mi me tiene que importar solo lo mío”. Detrás de este comportamiento se esconde mucho miedo a la intimidad y a relacionarse. Fruto también de una sociedad que históricamente ha retroalimentado mucho la culpa, el juicio y la rivalidad.


Así es que, si damos un paso adelante (en caso de estancarme) y un paso atrás (en caso de huir), podemos encontrarnos en un punto medio. En uno en el que cada unx se encarga de lo suyo, pero sin pasar del otrx y sin hacer seguimiento del proceso del otrx. 


Por último, es importante para mi recordar una última cosa: estamos adueñándonos de nuestras vidas sí, pero no por arreglarnos. Sino por amor a nuestro poder, independencia y relaciones sanas. Volemos.

clouds-g59d06e7de_640

TODOS QUEREMOS SER BUENAS PERSONA, ¿O NO?

¿Recuerdas cuántas veces te han dicho «pórtate bien», «se bueno», «ayuda siempre a los demás», «no seas egoísta», «no seas malo»…?

Probablemente desde que eres pequeño has recibido mensajes de este tipo, ¿a qué si?

De pequeños solemos aprender que si nos portamos bien y somos buenos (esto, entre otras cosas, pasa por obedecer y no llevar la contraria ni protestar) los demás nos querrán y nos valoraran más.


Y este aprendizaje lo vamos interiorizando y reafirmando con el paso de los años. Cada día que pasa, crecemos con esta idea de que tenemos que pensar siempre en los demás (antes que en nosotros mismos), en ser buenos y en complacer a todas las personas de nuestro entorno.

Si te sientes o te has sentido identificado con esto en algún momento de tu vida, ¿te has parado a pensar cómo te hace sentir esto?

El dejarte siempre para último lugar, no expresar las cosas que te molestan de la otra persona por miedo a cómo se lo pueda tomar, hacer esfuerzos constantes por complacer y agradar… ¡tiene un coste emocional y psicológico muy alto!

Y todo esto, hará que probablemente en algún momento explotes porque no se puede sostener todo esto durante toda la vida.

¿Y qué crees que pasará cuando explotes?

Probablemente te sentirás tremendamente culpable porque se confirmara el mayor de tus temores ➡️»eres malo». ¡Todos los esfuerzos que has hecho por “ser bueno” se desvanecerán y te sentirás fatal!

Y desde ahí puedes intentar hacer esfuerzos sobrehumanos para compensarlo y demostrar que no eres así y que eres una «buena persona». Pero, piénsalo, ¿crees que esto te hará sentirte bien?

¿Cómo trabajar el miedo a “no ser buena persona”?

1- Lo primero de todo, te diría que te pares a pensar detenidamente qué es realmente ser una “mala persona”, ¿qué significa para ti?

Te ánimo a que le dediques un rato a responder a esta pregunta (lo más detalladamente posible).

2- Cuando tengas esta definición clara, analízate y trata de describirte como persona. ¿Crees que tu definición de “mala persona” se ajusta a cómo eres tu realmente?

¡Probablemente no! Sin embargo, muchas veces nos ponemos “etiquetas” que no nos corresponden y nos condicionan a la hora de vivir nuestra vida.

3- Revisa las creencias que tienes respecto a que es ser «buena» y «mala persona» y permítete ser más libre y vivir en coherencia a tus necesidades (y no tanto a las de los demás). Para esto, sería importante también qué pienses en la vida que te gustaría vivir (de forma realista).

¿Qué tendrías que soltar para vivir esa vida?

¿Qué cambios tendrías que introducir en tu vida actual?

4- Establece un plan concreto y relista, con objetivos a corto, medio y largo plazo que te permitan acercarte a esa vida que te gustaría vivir, en coherencia a tus valores y a tus necesidades personales.



Y recuerda, si lo intentas y no puedes hacerlo solo, puedes pedir ayuda.

girl-g28d961682_1280

Los placeres culpables

El otro día en consulta hablando con una paciente utilizó un término que me resultó muy curioso: «los placeres culpables».



Ella utilizó este término para referirse a todas aquellas cosas que le apetecería hacer (desde una escucha más profunda) pero que había aprendido que no «estaban bien» ?

Podemos llamarlo de muchas maneras pero lo cierto es que somos muchas las personas que en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido culpables de quedarnos un día en casa si hacía un día soleado, si hemos pasado toda la tarde en el sofá, si hemos hecho alguna pausa en nuestra jornada laboral para descansar…

¿En qué momento hemos llegado a la conclusión de que todas estas cosas son una pérdida de tiempo y que no son adecuadas??

Vivimos en una sociedad en la que se premia y se refuerza la competitividad y la productividad constante (y sin descanso).

Perooo.. ¿alguien se ha parado a pensar en la relación que tiene esto con el aumento constante en las tasas de los problemas de salud mental?

¡Yo creo que NO! ??

Me da mucha pena que esto sea así pero mantengo la esperanza de que algún día cambie y podamos permitirnos estos «placeres culpables» sin sentir culpa?

➡️Mientras tanto, te ánimo a que puedas parar a escucharte en tu día a día y, en la medida de lo posible, te des aquello que necesitas. Quizá al principio aparece cierto malestar porque puede que sientas que no estás haciendo «lo correcto» pero, si lo transitas, llegará un momento en el que ese malestar cada vez sea más inexistente.

Cuando te escuchas y te das lo que necesitas, te estás enviando mensajes tan importantes como «me merezco descansar», «soy valioso/a tal como soy», «quiero vivir mi propia vida, sin esforzarme por satisfacer las necesidades de otras personas que no son yo»…

Práctica esto porque estoy segura de que merecerá la pena.

? Y recuerda…

Tienes derecho a descansar, a escucharte, a darte aquello que necesitas y está en tu mano ?

Y, si ves que te cuesta y que tu nivel de autoexigencia es demasiado elevado como para escucharte, puedes pedir ayuda

thumbs-down-gf256df702_1280

¿Tienes miedo a ser rechazado/a?

¡Que levante la mano quien nunca haya tenido miedo a ser rechazado! ?

El miedo al rechazo es uno de los miedos más habituales en el ser humano, y es que quien más quien menos a tenido miedo a ser rechazado/a en algún momento de su vida ??

La realidad es que a nadie nos gusta ser rechazados y muchas veces hacemos grandes esfuerzos para ser aceptados y encajar.

Mis pacientes me suelen decir: «Haizea quiero que no me afecte lo que los demás opinen de mi», «quiero que me de igual todo lo que me digan»?️?️

Cuando me plantean esto, yo les suelo decir que si sentimos que alguien nos está juzgando o criticando o nos dice algo que nos resulta desagradable, es normal que nos incomode y nos afecte de alguna manera. Somos seres humanos (no robots) y como tal, tenemos sentimientos y emociones, y lo que nos dicen y hacen los demás tiene un impacto determinado en nosotros/as.

En un mundo ideal, la situación sería congeniar con todo el mundo, nunca habría conflictos y todas las personas nos caerían maravillosamente bien. Pero..eso en un mundo ideal, ¡no en uno real! ?

➡️Volviendo entonces al mundo real… ¿cómo podemos gestionar esa angustia que nos produce que alguien nos critique?

Lo primero es aceptar que, independientemente de cómo seas, siempre habrá alguien a quien no le gustes y te rechace y/o critique. O alguien que te quería, puede dejar de hacerlo. O incluso alguien que te quiere puede que rechace o haya partes de ti que no le gusten.

❌La aceptación no es que te de igual que te rechacen.

✔️La aceptación es llegar a sentir que eres suficiente tal como eres, dejar de hacer esfuerzos por gustar a todo el mundo o por ser como crees que ellos quieren que seas.

Porque si haces tantos esfuerzos en ese sentido, esfuerzos para gustar a todo el mundo, al que no le vas q gustar es a ti mism@. Y desde ahí estás haciendo justo todo lo contrario a la aceptación.

En tu caso, ¿qué haces por ese miedo al rechazo? ?️?️

cosmos-g4c42dffcd_1280

Tengo una deuda emocional con esa persona y no se cómo saldarla

¡¡¡¡Aiii la deuda emocional!!!

La verdad es que este es un tema muy recurrente en consulta.

Y es que muchas veces me encuentro con personas que sienten que están en deuda con otros por lo que han hecho por ellos.

Por ejemplo, hay hij@s que están en deuda con sus padres/madres por todo lo que han hecho por ell@s desde que son pequeñ@s. También hay personas que se sienten en deuda con una amiga que estuvo a su lado en un momento difícil de sus vidas. En otros casos, hay personas que sienten que están en deuda con sus jefes por haberles contratado para un puesto concreto de trabajo…

¡La deuda emocional está mucho más presente de lo que pensamos! ¡Y es algo que pesa muchísimo! ??

En todas estas situaciones que ponía como ejemplo y en muchas otras, podemos llegar a sentir que no es suficiente con agradecer lo que han hecho por ti. Podemos, incluso, hacer cosas porque «se lo debes» a esa persona.

Y una cosa es hacer un favor puntual a alguien que se ha portado bien contigo y otra muy diferente, ENTREGARTE EN CUERPO Y ALMA a todo lo que te pida (y a lo que no también) la otra persona.

Además, ¿te has preguntado hasta dónde tienes que dar para saldar tu deuda?

Porque a veces no nos lo preguntamos y damos y damos y damos.. Y seguimos sintiéndonos en deuda constantemente. ¡Que injusto! ¿No te parece?

Te propongo 3 puntos importantes para empezar a deshacerte poco a poco de esta deuda emocional con la que cargas:

1️⃣ Asume que la persona que ha hecho algo por ti a sido porque así lo ha decidido ella, desde la libertad.
Agradece pero no te responsabilices de algo que no te corresponde.

2️⃣ Se consciente de todo lo que estás haciendo para «devolver el favor» y «saldar la deuda». ¿Cuánto de eso lo haces porque consideras que TIENES QUE hacerlo (desde la obligación)?

3️⃣ Deja de hacer cosas que no te apetecen y que haces por obligación. Observa cómo te sientes y cómo te hace sentir la otra persona. ¿Hay algún tipo de reproche o chantaje por su parte? Observalo.. Se consciente.
Y, sobre todo, si haces algo por la otra persona que sea desde la libertad.

¡Pruébalo y cuéntame que tal ha ido!