Muchas veces, cuando estamos en un proceso de terapia y sentimos que hemos conseguido nuestros objetivos iniciales (por ejemplo, reducir mis niveles de ansiedad, entender qué función cumple la ansiedad en mi vida o aprender a gestionarla de un modo más adaptativo) nos invade cierto miedo por sentir y pensar «puede que esto me vuelva a ocurrir en un futuro», «no quiero volver a sufrir tanto como sufrí en su día» 💥💥
¡Es natural que ese pensamiento aparezca! Al fin y al cabo, solo nosotr@s conocemos con que intensidad hemos sufrido y lo incapacitante que esto a podido ser en ciertos momentos ✨✨
Por lo tanto, si te sientes así cuando tu proceso de terapia está llegando a su fin, ¡es normal! Te ánimo a que lo puedas hablar con el/la profesional que te acompaña para que juntos podáis hacer un recorrido por todo este tiempo que llevas en terapia.
Seguramente, si estás al final de la terapia, hayas podido identificar qué función tenía tu ansiedad (¡y créeme que esto ya es mucho!), porque apareció en tu vida en ese momento…así como conocer de qué manera te estabas relacionando con ésta (qué te servía y que no) y desarrollar ciertos recursos para gestionarla las veces que ésta vuelva a aparecer 🌱🌱
Por lo tanto, los profesionales no te podemos garantizar que no vas a volver a experimentar ansiedad (lo desconocemos) pero te podemos asegurar que no estás en esa «casilla de inicio» en la que estabas cuando comenzaste la terapia. ¡Y esto te puede ayudar mucho si en un futuro la ansiedad vuelve a intentar apoderarse de ti! 🥰
Aún así, recuerda que puedes volver a pedir ayuda las veces que lo necesites. Esto no significa que no hayas aprendido nada, simplemente que la ansiedad te vuelve a avisar de que hay algo en tu vida que necesita ser atendido.
¡ATIÉNDETE!