Las personas asertivas son capaces de actuar y comunicarse de forma eficaz, expresando sus opiniones, necesidades o sentimientos, a la vez que son respetuosas con el punto de vista de los demás, manteniendo una postura serena y calmada.
La asertividad se puede aprender en cualquier momento de la vida. Esta habilidad es muy importante ya que, mostrarse siempre de acuerdo con los demás o estar incondicionalmente disponibles, no es bueno para uno mismo. Por ello, la falta de asertividad está relacionada con una baja autoestima.
Los 3 estilos para comunicarnos
En primer lugar, el estilo pasivo. Este estilo es habitual en personas que no quieren mostrar sus pensamientos o sentimientos por miedo a ser rechazados, o por no ofender. Normalmente las personas con baja autoestima tienen dicho estilo, anteponiendo las necesidades de los demás a las suyas.
En segundo lugar, el estilo agresivo. Estas personas defienden sus derechos, pero de forma incorrecta, pensando que siempre llevan la razón. Son personas “sin filtros”, pues no tienen en cuenta la opinión o sentimientos de los demás. Las personas con estilo agresivo priorizan siempre sus propias necesidades.
Finalmente, el estilo asertivo, que es un intermedio entre el pasivo y el agresivo. Las personas asertivas respetan a los demás y a sí mismos, actuando en consecuencia. Valoran sus necesidades y las de los otros.
Las 5 características de las personas asertivas
- Tienen la capacidad de pedir ayuda cuando la requieren.
- Saben decir “no” cuando consideran que no pueden o no quieren, sin dificultad para transmitirlo.
- Son personas seguras de sí mismas, ya que saben lo que quieren.
- No tienen sentimientos de culpa al decir que no. Los demás no controlan su vida, sólo ellos.
- Son capaces de autoafirmar sus derechos e interesas sin manipular ni dejarse manipular.
¿Cómo ser más asertivos?
La asertividad requiere práctica y entrenamiento y, especialmente, que uno mismo se dé la oportunidad de decir “no”.
En este sentido, es importante identificar los valores asociados al “no”. ¿Qué significa para nosotros? Hay personas que lo asocian con algo negativo, algo que genera dolor, rechazo… Por ello, es importante cambiar el significado, puesto que es una forma de expresar nuestras necesidades. El “no” significa respetarnos y valorar nuestras prioridades. Decir “no” es sano, estamos ejerciendo nuestro derecho de asertividad, significa decirnos “sí” a nosotros mismos.
Una vez tenemos la nueva creencia, debemos practicar. La práctica es fundamental, por lo que podemos seguir estos consejos:
- Tomar nuestro tiempo para responder y analizar si queremos hacer lo que se nos propone.
- Preguntarnos si es algo que realmente queremos hacer, sin pensar en las expectativas del otros.
- Recordar que es imposible gustar a todo el mundo, lo cual es totalmente natural.
- Escuchar a nuestro cuerpo. Decir “sí” desde el miedo, es ir en contra propia. En cambio, decir “no” desde el amor propio, es ser coherente con nosotros.
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