Artículos Leyre Curto
El duelo es un proceso dinámico y de duración indeterminada con el que el ser humano ha convivido desde el principio de los tiempos. Una de nuestras características es la capacidad de mantener un vínculo afectivo con las personas que fallecen; es posible que, por este motivo, a lo lago de la historia nos hemos hecho muchas preguntas relacionadas con la muerte.
No obstante, el duelo puede aparecer por otros muchos acontecimientos vitales; por ejemplo, por problemas de salud o pérdidas de autonomía personal, por una separación o divorcio, pérdidas asociadas a un proyecto personal, pérdidas asociadas a los procesos migratorios, etc. En consecuencia, se podría englobar el duelo en todo aquello que suponga una pérdida afectiva significativa.
Muchas personas acuden a terapia por estar viviendo algún tipo de duelo y otras en cambio, aunque no sea el motivo de consulta principal, este tema aparece a lo largo del proceso terapéutico; ya que independientemente de las experiencias vividas, todos tenemos nuestros propios duelos.
Frecuentemente, se relaciona el duelo con la adaptación emocional que sigue a la pérdida, pero abarca otras dimensiones, como lo son, la afectación a nivel física, cognitiva, relacional, conductual, e incluso espiritual. Este proceso nos ayuda a elaborar y transitar por la pérdida, a reconstruirnos a nosotros mismos; para ello, no hay una única forma; todas las emociones que se sienten son totalmente válidas y no hay una forma “correcta” de poder elaborarlo.
El duelo, en la mayoría de los casos, no es un proceso individual e implica a un grupo de personas. Cada cultura, concibe el duelo y la muerte de forma diferente y existen diferentes rituales o hábitos para afrontar este suceso. Este fenómeno, a veces, llega a crear sufrimiento en aquellas personas que no están viviendo el duelo como el resto del grupo y una pérdida que de por sí, causa mucho dolor, se puede vivir con más sufrimiento.
Si te encuentras en un proceso de duelo y necesitas ayuda, te acompañaremos de la forma más empática a atravesar, elaborar, identificar y validar tu pérdida. Especialmente, a volver a la vida con la parte que falta, no sin ella.
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